En las pintorescas huertas de las casas comunitarias de
Egipto y Zipa, un grupo de niños, niñas y jóvenes del Grupo Scout de La
Candelaria, demostraron su compromiso con el cuidado del medio ambiente y la
seguridad alimentaria. Armados con herramientas y una determinación
inquebrantable, dedicaron su tiempo a desyerbar, arreglar, mantener, limpiar,
nutrir y sembrar la nueva cosecha en estas áreas.
Durante la jornada, presenciamos escenas conmovedoras: niños
cuidando meticulosamente las camas de cultivo, asignando nombres a las
hortalizas, mientras otros reparaban las cercas con pequeñas herramientas en
mano. Este compromiso no solo reflejaba el amor por la naturaleza, sino también
la firme determinación de garantizar la seguridad alimentaria de sus
comunidades, cultivando alimentos orgánicos y saludables.
Este colectivo, que lleva años dedicado a estas labores, ha
establecido un modelo ejemplar de cómo involucrar a las nuevas generaciones en
la producción de alimentos de manera sostenible. Bajo la dirección de un
dedicado profesor, se realizan aproximadamente cuatro siembras al año, en las
cuales se enriquece la tierra y se introducen tanto especies nuevas como
aquellas ya conocidas y apreciadas.
Es importante destacar que esta iniciativa no depende de
presupuestos participativos, sino que se financia mediante recursos
comunitarios propios de las personas involucradas. Esto representa un
inspirador ejemplo de asociatividad y cooperativismo en pro del bien común,
demostrando que juntos podemos crear un futuro más sostenible y saludable para
todos.
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